Rubio lleva al Caribe un plan estratégico para frenar la influencia de Venezuela y contener la crisis en Haití

Photo of author

By Isabel Gutierrez

En un momento decisivo para la región, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, inicia esta semana una visita oficial a tres países del Caribe. Su objetivo es claro: reducir la dependencia del petróleo venezolano y apoyar los esfuerzos internacionales para estabilizar Haití. La gira incluye Jamaica, Guyana y Surinam, y marca una nueva fase en la política exterior del gobierno de Donald Trump hacia América Latina.

Energía, Haití y migración: los pilares de la gira

La visita se produce pocos días después de que Trump anunciara nuevas sanciones contra las exportaciones de crudo venezolano. Además, amenazó con aplicar aranceles del 25 % a productos de países que sigan comprando petróleo a Caracas. Washington busca, de esta forma, presionar a los aliados de Maduro y reposicionar su influencia en el Caribe.

Según el Departamento de Estado, Rubio promoverá una mayor diversificación energética. Esto es clave para las islas, que históricamente han enfrentado tarifas eléctricas altas. De acuerdo con Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Trump para el hemisferio occidental, existe una “oportunidad histórica” para mejorar la seguridad energética en la región.

Además de la cuestión energética, Rubio también centrará su atención en la crisis haitiana. Actualmente, una fuerza multinacional liderada por Kenia intenta frenar el avance de las pandillas armadas en Puerto Príncipe. Aunque Rubio ha autorizado la continuidad del financiamiento estadounidense para la misión, no está claro cuánto tiempo durará ese apoyo.

Claver-Carone señaló que “el desafío más urgente es impedir que las bandas criminales se apoderen de la capital y se expandan aún más”. Por ello, se espera que la gira sirva para impulsar una estrategia más firme por parte de Washington.

Rubio también deberá responder preguntas sobre las sanciones a Cuba. Estas medidas afectan directamente a los programas que envían médicos cubanos al extranjero. Mientras tanto, varios gobiernos latinoamericanos critican las restricciones, alegando que privan a sus pueblos de atención médica. Sin embargo, EE.UU. sostiene que estos programas constituyen una forma de explotación laboral.

“El enfoque debe estar en la energía y en Haití”, afirmó Claver-Carone. A su juicio, insistir en el tema de los médicos cubanos sería “una oportunidad perdida” para avanzar en temas más urgentes.

El nuevo escenario energético en el Caribe también favorece los intereses de EE.UU. Guyana y Surinam han superado a Venezuela en producción de petróleo. Por eso, Rubio apuesta a fortalecer los lazos con esos gobiernos para asegurar un suministro confiable y estable para la región.