Miles de migrantes se han quedado varados en ciudades fronterizas de México luego de que la administración de Donald Trump cancelara de inmediato decenas de miles de citas programadas a través de la aplicación gubernamental CBP One, que ofrecía una vía legal para ingresar a Estados Unidos. Ante la incertidumbre, algunos migrantes han optado por regresar a sus países de origen, mientras que otros intentan rehacer sus vidas en México.
Margelis Rodríguez, quien huyó de Venezuela con sus hijos, se encuentra entre los migrantes que no ven otra opción más que quedarse en Tijuana. “No tenemos a dónde ir”, dijo Rodríguez, mientras abrazaba a su hijo Mickel durante una pequeña celebración de cumpleaños en un albergue para migrantes. La familia esperaba poder cruzar legalmente a Estados Unidos, pero la reciente cancelación de sus citas dejó sus planes en el aire.
Sin alternativas claras para los migrantes
La administración Trump no ha dado señales de que planee reemplazar el programa implementado durante el gobierno de Joe Biden, que permitía a los migrantes agendar citas para solicitar asilo a través de la aplicación CBP One. Este programa era visto como una de las pocas vías legales para quienes buscaban protección en Estados Unidos, especialmente para aquellos que huían de crisis humanitarias en sus países de origen.
Rodríguez ahora está solicitando una visa mexicana y buscando trabajo en Tijuana. Sus familiares en Estados Unidos, que llegaron bajo el programa de permiso humanitario durante la administración anterior, ahora temen ser deportados debido a los cambios en las políticas migratorias.
La situación ha generado preocupación entre defensores de derechos humanos y organizaciones de apoyo a migrantes, quienes advierten que la cancelación de estas citas podría aumentar la vulnerabilidad de quienes ya enfrentan condiciones difíciles en la frontera. Además, la falta de alternativas legales podría llevar a muchos a considerar rutas peligrosas o depender de traficantes de personas.
El impacto en las comunidades fronterizas
Las ciudades fronterizas de México, como Tijuana, ya enfrentaban desafíos significativos para atender a la creciente población migrante. Con la cancelación del programa CBP One, la presión sobre los recursos locales ha aumentado, y los albergues están desbordados. Muchos migrantes, como Rodríguez, ahora dependen de la generosidad de las comunidades locales y organizaciones no gubernamentales para sobrevivir.
Mientras tanto, la incertidumbre sobre el futuro de las políticas migratorias en Estados Unidos deja a miles de personas en un limbo legal. La falta de claridad y la ausencia de programas alternativos han generado frustración y miedo entre quienes esperaban una oportunidad para comenzar una nueva vida al otro lado de la frontera.