Las relaciones diplomáticas en América del Sur atraviesan una nueva fase de tensiones, luego de que el gobierno chino expresara públicamente su descontento con la creciente cercanía entre Guyana y Estados Unidos. La reacción de Pekín se produjo un día después de la visita oficial del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, a Guyana.
Durante su paso por Georgetown, Rubio se reunió con el presidente guyanés, Irfaan Ali, quien afirmó que su país —enriquecido por la reciente bonanza petrolera— ofrecería un trato preferencial a Estados Unidos frente a otras naciones. Esta decisión se da en un contexto de creciente tensión con Venezuela, que ha amenazado con anexar parte del territorio guyanés. Según Ali, Washington se ha comprometido a responder con firmeza ante cualquier intento de agresión por parte del país vecino.
China defiende su papel en el desarrollo de Guyana
En una publicación hecha en Facebook por la embajada china en Guyana, el gobierno de Xi Jinping aseguró que la amistad entre ambos países siempre ha sido una prioridad.
“Cumplimos nuestros compromisos con acciones concretas. De hecho, China ha estado profundamente involucrada en la mayor transformación económica y social de la historia de Guyana”, destacó la delegación diplomática.
Para respaldar sus palabras, China citó los más de 1.400 millones de dólares en comercio anual con Guyana, además de una lista de proyectos de infraestructura ejecutados por empresas chinas. Entre ellos, se incluyen el nuevo puente sobre el río Demerara, el parque Joe Vieria, seis hospitales regionales y el mejoramiento de una de las principales carreteras de la costa este.
Sin embargo, estos proyectos también fueron blanco de críticas por parte de Rubio. En una conferencia de prensa posterior a su visita, el diplomático bromeó sobre el mal estado de la carretera que conecta el aeropuerto de Georgetown con el centro de la ciudad, obra realizada con apoyo chino.
“No hacen un mal trabajo… hacen un trabajo terrible. Casi salimos con conmociones cerebrales por lo mala que es la vía”, ironizó.
Rubio también criticó a Pekín por utilizar mano de obra exclusivamente china en sus proyectos internacionales y por la estrategia de endeudamiento que, según él, deja a los países atados a los intereses del régimen. “Ellos quieren que tomes préstamos enormes y luego usarlos como presión en tu contra”, advirtió.
A pesar de las tensiones con China, Rubio reconoció que aún hay poca presencia de empresas estadounidenses en la región, un punto que también fue señalado por el presidente de Surinam, Chan Santokhi.
“No todos los países están viniendo. Estamos invitando a los inversores. Mi llamado a Rubio fue que necesitamos al sector privado de Estados Unidos”, concluyó el mandatario surinamés.
Acompanhe o LatAm Reports para mais análises exclusivas sobre política e geopolítica na América Latina.