El reciente giro de Estados Unidos frente a Brasil no fue resultado de una victoria diplomática de Lula. Según John Feeley, exembajador estadounidense, el cambio se explica por el comportamiento errático de Donald Trump. Además, responde a una ruptura personal con Jair Bolsonaro tras su condena y prisión.
En entrevista con BBC News Brasil, Feeley afirmó que Trump dejó de ver a Bolsonaro como un aliado útil. Para él, en ese momento, el expresidente brasileño pasó a ser un perdedor. Y, según el diplomático, Trump no tolera a los perdedores.
Un vínculo personal que se rompió
De acuerdo con Feeley, Trump nunca tuvo un interés profundo en Brasil. Por el contrario, veía a Bolsonaro solo como una figura funcional dentro del discurso conservador global. Sin embargo, esa utilidad se evaporó cuando el expresidente perdió relevancia política y judicial.
Además, el exembajador sostiene que Trump no se guía por estrategias de Estado. En cambio, actúa de forma personalista y reactiva. Por eso, explica, el respaldo a Bolsonaro fue circunstancial y no ideológico.
Feeley también señaló que las sanciones impuestas a Brasil en julio, como los aranceles a productos agrícolas y las medidas contra el juez Alexandre de Moraes, no formaron parte de un plan estructurado. Según él, fueron consecuencia directa del lobby de Eduardo Bolsonaro en Washington. Es decir, respondieron más a presiones políticas que a una evaluación institucional.
Por otro lado, la posterior reversión de esas sanciones tampoco reflejó una negociación sólida. Para Feeley, fue simple azar. En sus palabras, Lula tuvo suerte frente a un presidente imprevisible y narcisista como Trump.
Mientras tanto, el diplomático recomienda cautela. Afirma que los líderes extranjeros deberían mantenerse, en lo posible, fuera de la órbita directa de Trump. De lo contrario, quedan expuestos a decisiones impulsivas.
En relación con Venezuela, Feeley evaluó que el bloqueo a petroleros sancionados es más eficaz que las operaciones militares previas. Sin embargo, reconoció que estas medidas generan efectos secundarios sobre la población. Aun así, subrayó que la crisis venezolana tiene raíces internas, ligadas al modelo económico de Nicolás Maduro.
Finalmente, Feeley destacó el papel de Brasil como referencia democrática. Recordó que el país enfrentó una grave crisis institucional y respondió dentro del Estado de derecho. Por eso, considera que ese ejemplo puede ser más valioso para la sociedad estadounidense que cualquier mediación directa en la región.

