El presidente Donald Trump defendió el ataque militar contra una embarcación vinculada al Tren de Aragua. La operación, realizada el martes (2), dejó 11 muertos y, según el , busca enviar un mensaje “claro” a los carteles de drogas.
Trump afirmó que la acción servirá como advertencia para otras organizaciones criminales. “Obviamente, no lo harán de nuevo. Y muchos tampoco lo intentarán al ver las imágenes”, declaró durante un evento en la Casa Blanca.
El secretario de Estado, Marco Rubio, respaldó la medida y aseguró que “operaciones similares ocurrirán nuevamente”. Para él, los métodos tradicionales de interdicción fracasaron y se requieren acciones “más contundentes” contra los grupos criminales.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, acusó al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de dirigir “un narcoestado”. Dijo que Washington “sabía exactamente quién estaba en la embarcación y qué hacía allí”, pero no presentó pruebas que confirmen la participación del Tren de Aragua.
El gobierno venezolano cuestionó un video divulgado por la administración Trump que muestra el ataque, insinuando que fue creado con inteligencia artificial. Hegseth rechazó la acusación y dijo que vio la operación en vivo desde Washington.
Un informe de InSight Crime indicó que no hay evidencias de que el Tren de Aragua participe directamente en el tráfico internacional de drogas, aunque actúa como subcontratista en algunos casos.
Expertos en derecho internacional también cuestionaron la legalidad del ataque. Según Mary Ellen O’Connell, de la Universidad de Notre Dame, “matar intencionalmente fuera de un conflicto armado es ilegal, salvo para salvar vidas de forma inmediata”.
La Casa Blanca sostiene que la operación forma parte de una nueva estrategia contra los carteles. Washington aumentó su presencia naval en el Caribe y advirtió a México que podría aplicar medidas similares si no recibe “el nivel de cooperación esperado” en la lucha contra el narcotráfico.