Rusia reafirmó este lunes su “apoyo total” a Venezuela ante el bloqueo impuesto por el gobierno de Donald Trump al tránsito de petroleros que salen o llegan al país. La postura fue confirmada tras una conversación telefónica entre los cancilleres Serguéi Lavrov y Yván Gil, en un contexto de nuevas interceptaciones de embarcaciones cerca de la costa venezolana.
Según Gil, Lavrov expresó la “firme solidaridad” de Moscú con el pueblo venezolano y con el presidente Nicolás Maduro, además de garantizar respaldo a las acciones de Caracas en el Consejo de Seguridad de la ONU. El mensaje refuerza la alianza política entre ambos países en medio del aumento de la presión estadounidense.
China también se suma al respaldo diplomático
Además de Rusia, China reiteró este lunes su apoyo al gobierno de Maduro frente a la ola de incautaciones de petroleros. Ambos países figuran entre los principales aliados internacionales de Venezuela y han criticado públicamente la estrategia de Washington.
Aunque Moscú ya había advertido sobre “consecuencias imprevisibles” de la escalada militar promovida por Estados Unidos, no detalló qué tipo de apoyo concreto podría ofrecer. La Casa Blanca, por su parte, sostiene que Rusia carece de capacidad real para ayudar a Venezuela, debido a su involucramiento en la guerra de Ucrania.
El respaldo ruso y chino se produce un día después de que agencias internacionales informaran sobre la interceptación de un tercer petrolero cerca de Venezuela. Según Bloomberg, se trataría del buque Bella 1, que ya habría sido abordado por fuerzas estadounidenses. Reuters informó que la embarcación fue interceptada, aunque la operación aún no habría concluido.
De confirmarse, sería la tercera incautación en poco más de diez días. Antes, Estados Unidos había tomado el Skipper, el 10 de diciembre, y el Centuries, el sábado pasado.
Todas las acciones forman parte del bloqueo anunciado por Trump contra petroleros sujetos a sanciones que operan en torno a Venezuela.
Tras conocerse la nueva interceptación, Maduro denunció lo que calificó como una “campaña de agresión” que incluye “terrorismo psicológico” y “corsarios que asaltan petroleros”. Aunque no mencionó directamente a Estados Unidos, afirmó que Venezuela está preparada para responder y acelerar su proyecto político.
El gobierno venezolano ya había definido el bloqueo como un acto de “piratería internacional” y advirtió que las incautaciones no quedarán impunes. Hasta el momento, Washington no emitió un comunicado oficial sobre la última operación.
Las interceptaciones buscan asfixiar el sector petrolero, principal fuente de ingresos de Venezuela. El país posee las mayores reservas probadas de crudo del mundo, aunque gran parte de su producción enfrenta límites técnicos y financieros debido a sanciones y falta de inversión.
Analistas señalan que, si el bloqueo se prolonga, la retirada de cientos de miles de barriles diarios del mercado podría presionar al alza los precios del petróleo. Por ahora, el suministro global sigue estable, pero la tensión geopolítica añade un nuevo factor de incertidumbre.

