¿Quién será el próximo Papa? Los nombres que suenan tras la muerte de Francisco

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By Isabel Gutierrez

Tras el fallecimiento del Papa Francisco, la atención global se centra en el próximo cónclave. Aunque el proceso es reservado y cambiante, varios nombres ya generan debate sobre el futuro de la Iglesia Católica.

Uno de los principales candidatos es Pietro Parolin (70), actual secretario de Estado del Vaticano. Es considerado un perfil de continuidad. Ha liderado negociaciones delicadas, incluso con China, y mantiene una postura diplomática frente a temas complejos. Sin embargo, sus críticos lo acusan de priorizar acuerdos políticos sobre las enseñanzas más firmes de la doctrina.

Desde Asia, se menciona a Luis Antonio Tagle (67), exarzobispo de Manila. Sería el primer Papa del continente con mayor crecimiento católico. En su trayectoria, ha demostrado sensibilidad social y apertura pastoral. No obstante, ha perdido fuerza en los últimos años dentro del Vaticano.

Por otro lado, Peter Turkson (76), de Ghana, y Robert Sarah (79), de Guinea, representan posibles giros históricos. Ambos podrían convertirse en el primer Papa negro en siglos. Turkson defiende causas sociales y ambientales. Sarah, en cambio, es firme defensor de una Iglesia ortodoxa, con duras críticas a la ideología de género y al islamismo radical.

En Europa, el nombre más conservador es Péter Erdő (72), de Hungría. Es visto como un intelectual rígido, defensor del dogma tradicional. Contrasta con Matteo Zuppi (69), italiano, del ala progresista. Zuppi fue enviado por Francisco como mediador en la guerra en Ucrania y apoya el acompañamiento a las periferias.

También destacan José Tolentino Mendonça (59), de Portugal, con ideas modernas sobre cultura y género; Mario Grech (68), de Malta, defensor de diálogos inclusivos; y Pierbattista Pizzaballa (60), patriarca latino de Jerusalén, quien ofreció su vida a cambio de rehenes en Gaza, gesto que le dio proyección internacional.

Aunque el resultado es imprevisible, el cónclave definirá si el próximo Papa sigue el camino abierto por Francisco o devuelve al Vaticano a una línea más tradicional. El mundo observa atento.