El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró este lunes que los choques recientes con Estados Unidos no son simples tensiones diplomáticas. Para él, se trata de una “agresión en toda la línea” por parte de Washington. Según dijo, los canales de comunicación entre ambos gobiernos están prácticamente rotos.
Choques militares y acusaciones cruzadas
En una rueda de prensa en Caracas, acompañado por la cúpula militar, Maduro calificó como un “ataque criminal” el operativo estadounidense que hundió una embarcación venezolana y dejó 11 muertos. Afirmó que la acción se disfrazó de operación antidrogas y aseguró: “No es tensión. Es agresión judicial, política, diplomática y militar”.
El mandatario acusó a Washington de buscar “provocar un incidente” para justificar una escalada. Recordó además que un barco pesquero venezolano fue retenido durante ocho horas por un destructor de EE.UU. en aguas de la Zona Económica Exclusiva.
Según Maduro, las comunicaciones bilaterales fueron “arrojadas a la basura” por las amenazas de “bombas, muerte y chantaje”. Admitió, sin embargo, que aún existe un canal básico para facilitar el retorno de venezolanos desde Estados Unidos.
El gobierno venezolano desplegó miles de militares para reforzar las costas. También negó que las víctimas del ataque tuvieran vínculos con el Tren de Aragua, como sostiene Washington. Caracas afirma que la ofensiva busca debilitar al régimen y favorecer a la oposición, que asegura haber ganado las elecciones de 2024.
Las tensiones crecen mientras EE.UU. amplía su presencia militar en el Caribe. Al mismo tiempo, congresistas norteamericanos exigen explicaciones legales sobre las operaciones ordenadas por la Casa Blanca.