Los votantes de Surinam acudirán este domingo a las urnas para elegir un nuevo Parlamento, en una elección que podría definir el rumbo del país mientras se prepara para un esperado auge petrolero. El próximo gobierno, que gobernará hasta 2030, tendrá la responsabilidad de administrar los ingresos del proyecto petrolero Gran Morgu, cuya producción está prevista para 2028.
La campaña electoral se ha visto marcada por denuncias de fraude, pero casi no ha habido un debate profundo sobre cómo se utilizarán los fondos provenientes del petróleo. Según los analistas, la disputa por el poder se centra más en el reparto de cargos ministeriales que en propuestas concretas para el país.
Un país dividido ante un futuro incierto
El proyecto Gran Morgu, liderado por TotalEnergies, es el primer gran desarrollo de petróleo costa afuera de Surinam. Se estima que los descubrimientos podrían situar al país como un competidor directo de su vecino Guyana, que el año pasado experimentó un crecimiento económico del 43,6%.
Los principales partidos han prometido mejoras generales en salud, educación y diversificación económica, pero la coalición de la sociedad civil BINI (Iniciativa Ciudadana para la Participación y el Buen Gobierno) advirtió en un informe reciente que ninguna formación ha presentado un plan claro sobre cómo se gastarán los ingresos petroleros.
“No se trata de qué es lo mejor para el país, sino de quién se queda con qué cargos o ministerios”, señaló BINI.
Entre los posibles candidatos presidenciales del oficialista Partido de Reforma Progresista (VHP) están el actual presidente Chan Santokhi y la ministra de Defensa Krishna Mathoera. Por el lado de la oposición, el Partido Nacional Democrático (NDP), fundado por el expresidente Desi Bouterse —fallecido como prófugo el año pasado—, baraja nombres como Jennifer Geerlings-Simons, ex presidenta del Parlamento; Ashwin Adhin, ex vicepresidente; o incluso la viuda de Bouterse, Ingrid Bouterse, quien participa activamente en la campaña.
Unas 400.000 personas, desde la costa hasta las regiones selváticas del interior, están habilitadas para votar. La participación histórica ronda el 75%.
Santokhi, que lideró recientemente una caravana en bicicleta con más de 1.700 personas en Paramaribo, no descartó alianzas.
“No podemos decir: coopera con estos o no cooperes con aquellos. Al final, es el pueblo el que decide”, afirmó.
Por su parte, Simons, de 71 años, ha acusado al gobierno de preparar un “fraude masivo”. Según la oposición, encuestas internas les dan más del doble de votos que al VHP. Sin embargo, otros sondeos muestran una carrera más ajustada.
Mientras Surinam se prepara para su próximo capítulo, la gran incógnita sigue siendo cómo se gestionará la riqueza petrolera que podría transformar su destino.