Los impactos de la minería metálica en la salud pública y el medio ambiente en El Salvador

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By Isabel Gutierrez

La minería metálica en El Salvador ha generado un intenso debate debido a sus graves implicaciones en la salud pública y el medio ambiente. Aunque la Ley de Prohibición de Minería Metálica de 2017 aún está vigente, existen preocupaciones sobre los riesgos que esta actividad puede representar si se permite nuevamente en el país.

Antecedentes de la minería en El Salvador

Uno de los casos más emblemáticos es el de la mina en el cantón San Sebastián, en Santa Rosa de Lima, operada por Commerce Group Corporation (CGC) hasta 2006. Las graves afectaciones al medio ambiente llevaron al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales a revocar los permisos de operación.

Posteriormente, en 2016, El Salvador enfrentó una disputa internacional cuando la minera canadiense Pacific Rim demandó al país por impedir la exploración de la mina El Dorado. En 2017, la Asamblea Legislativa respondió con la emisión de la Ley de Prohibición de Minería Metálica, marcando un hito en la protección ambiental.

Implicaciones para la salud pública

La minería metálica tiene efectos significativos en la salud, tanto de los trabajadores como de las comunidades cercanas:

  • Exposición a sustancias tóxicas: Metales pesados como plomo, mercurio y arsénico liberados durante la extracción pueden causar enfermedades neurológicas, renales y cáncer.
  • Contaminación del agua: Los procesos mineros liberan ácidos y metales tóxicos en fuentes de agua, afectando la calidad del agua potable y provocando enfermedades gastrointestinales e intoxicaciones.
  • Deterioro de la calidad del aire: El polvo y las partículas liberadas durante las operaciones mineras aumentan el riesgo de enfermedades respiratorias crónicas como la silicosis y el asma.
  • Condiciones laborales peligrosas: Los trabajadores enfrentan altos riesgos de accidentes, exposición prolongada a materiales tóxicos y enfermedades ocupacionales.
  • Impactos en la salud mental y social: El desplazamiento forzado, la pérdida de medios de vida y los conflictos sociales generan estrés, ansiedad y otros trastornos psicológicos.
  • Riesgo de enfermedades infecciosas: La alteración de ecosistemas puede incrementar la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores como el dengue y el Zika.

Artículo inspirado en el análisis de Iván Solano Leiva, publicado en El Faro.