El 27 de octubre de 2024, el alcalde centroderechista Ricardo Nunes celebró su reelección en las elecciones municipales de São Paulo, Brasil. Este evento marcó un cambio significativo en el panorama político del país, donde los partidos conservadores y centroderechistas emergieron como los grandes vencedores.
Durante la jornada electoral, los votantes de derecha mostraron preferencia por candidatos moderados en lugar de aquellos ligados al expresidente Jair Bolsonaro, que adoptó un enfoque más radical. En contraste, los partidos de izquierda solo lograron ganar en dos de las 26 capitales estatales, reflejando una tendencia hacia la moderación entre los votantes de derecha.
Cuatro partidos centroderechistas, encabezados por el Partido Social Democrático (PSD) y el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), se destacaron al ganar la mayoría de las alcaldías. El partido Liberal (PL) de Bolsonaro tuvo un desempeño por debajo de las expectativas en estas elecciones.
Las elecciones resaltan el legado complejo y divisivo de la presidencia de Bolsonaro, caracterizada por un fuerte enfoque en los derechos de los evangélicos y la desconfianza hacia las vacunas, sumado a una actitud de desprecio hacia los derechos indígenas y la promoción de la minería y la tala ilegales.
Los candidatos respaldados por Bolsonaro no lograron triunfar en grandes ciudades como Belo Horizonte y Fortaleza. Aún en Goiânia, un bastión político importante, sus candidatos no alcanzaron el apoyo esperado.
En São Paulo, la ciudad más grande de América Latina, Nunes se impuso fácilmente a Guilherme Boulos, el candidato de izquierda apoyado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, también respaldó a Nunes, quien podría ser un posible sucesor de Bolsonaro en la política brasileña.
La relación entre Bolsonaro y Nunes fue distante, ya que no realizó una campaña activa a favor de Nunes, quien fue respaldado por los votantes moderados en su mayoría. Por otro lado, Pablo Marcal, un influencer de extrema derecha que aspiraba a ser el heredero político de Bolsonaro, no logró llegar a la segunda vuelta.
Leonardo Barreto, un politólogo, afirmó que el movimiento conservador que inició Bolsonaro ha evolucionado más allá de su control. Los partidos centroderechistas buscan alianza con Bolsonaro por su capacidad para movilizar a los votantes de derecha, pero prefieren no depender de su liderazgo.
La situación política de Bolsonaro se ha visto debilitada tras varios fracasos en las elecciones municipales, donde sus candidatos no lograron salir vencedores en importantes ciudades. Esto ha llevado a cuestionamientos sobre su liderazgo y ha permitido que surjan nuevos nombres en el campo de la extrema derecha.
El merecedor de mayor atención ha sido el PSD de Gilberto Kassab, que respaldó a Nunes en São Paulo. Este partido ganó más alcaldías que cualquier otro, consolidándose como un actor clave en la política brasileña.
A pesar de estar físicamente ausente de las boletas electorales debido a una prohibición de postularse hasta 2030, el enfoque de Bolsonaro sigue siendo relevante en el escenario político. Su partido, el PL, tiene la esperanza de que el Congreso apruebe enmiendas para anular la decisión judicial que lo excluye por ocho años, aunque los analistas consideran que las posibilidades de éxito en este intento se han reducido tras las elecciones locales.
Las elecciones municipales en Brasil subrayan la dinámica cambiante en el electorado y el impacto duradero de las decisiones políticas radicadas en los últimos años.