La presidenta de Perú, Dina Boluarte, se encuentra en el centro de una nueva polémica tras declarar ante la fiscalía por su ausencia de dos semanas en julio de 2023. La mandataria, de 62 años, fue interrogada sobre una cirugía de nariz que, según ella, tuvo fines médicos y no estéticos.
Boluarte está acusada de abandonar sus funciones al no nombrar un presidente interino ni transferir poderes al Congreso, como exige la legislación peruana. Durante el periodo de recuperación en una clínica en Lima, su equipo afirmó que la presidenta continuó desempeñando sus responsabilidades de manera virtual, argumentando que la operación era necesaria para corregir problemas respiratorios.
A pesar de esta explicación, el caso ha intensificado las críticas hacia su gestión. Varios legisladores piden su destitución, acusándola de negligencia en el ejercicio de su cargo. El pasado lunes, la presidenta pasó cuatro horas en declaración y salió sin ofrecer comentarios a la prensa.
Otras acusaciones y baja popularidad
Además del caso de la cirugía, Boluarte enfrenta investigaciones por presuntos sobornos, incluyendo relojes Rolex y joyas. También está siendo señalada por las muertes de más de 50 manifestantes durante las protestas contra su gobierno en 2022. Ella ha negado todas las acusaciones.
Boluarte asumió la presidencia en diciembre de 2022, tras la destitución y arresto de Pedro Castillo, quien intentó disolver el Congreso sin éxito. Antes de esto, ella se desempeñaba como vicepresidenta en su administración.
Sin embargo, su liderazgo se ha caracterizado por un aislamiento político, ya que no cuenta con un partido propio en el Congreso y enfrenta un rechazo popular significativo, con una tasa de desaprobación cercana al 95 %. Su mandato está programado para finalizar en julio de 2026.
Crisis política recurrente en Perú
El caso de Boluarte refleja la inestabilidad política que ha afectado a Perú en los últimos años. El país ha tenido seis presidentes en solo ocho años, con frecuentes escándalos y crisis institucionales.
Este contexto agrava aún más la situación de la presidenta, ya que la confianza en el gobierno y en las instituciones políticas está profundamente deteriorada.