Jenna Ortega, conocida por su papel en Beetlejuice y la serie de Netflix Wednesday, ha tomado la decisión de eliminar su cuenta en X, anteriormente Twitter, debido a mensajes perturbadores generados por inteligencia artificial. En una entrevista reciente con The New York Times, Ortega compartió sus experiencias relacionadas con la fama, su identidad y los aspectos negativos de las redes sociales.
Al inicio de su carrera, se le sugirió que creara una cuenta en X para mejorar su imagen pública. Sin embargo, tras encontrarse con contenido ”absurdo y perturbador”, que incluía imágenes explícitas, tomó la decisión de abandonar la plataforma hace dos años. La actriz expresó su tristeza por las realidades de las redes sociales en su joven vida.
Ortega mencionó: “Odio la inteligencia artificial. Puedo reconocer que podría utilizarse para cosas increíbles, como detectar cáncer de mama antes de que progrese. Eso es maravilloso. Pero, ¿me gustó tener 14 años y ver contenido explícito oscuro de mí siendo una niña? No. Es aterrador, corrupto y malo.” Esta declaración resalta su lucha innecesaria con las redes sociales desde una edad temprana.
Su experiencia en línea comenzó de manera dura, cuando a los 12 años recibió un mensaje directo con contenido explícito no solicitado. Según ella, “Eso fue solo el comienzo de los mensajes perturbadores que recibí.” La acumulación de tales experiencias la llevó a eliminar su cuenta porque no podía interactuar en la plataforma sin estar expuesta a contenido inapropiado. En consecuencia, se despertó un día y decidió que ya no lo necesitaba.
A pesar de su experiencia negativa con X, Ortega sigue activa en Instagram, donde cuenta con más de 38 millones de seguidores. La actriz ha encontrado un espacio en esta plataforma que le permite conectarse con sus fanáticos sin las mismas presiones que le trajo su anterior experiencia.
La problemática del contenido explícito generado por inteligencia artificial, también conocido como pornografía deepfake, ha cobrado relevancia. Este fenómeno involucra la creación de contenido manipulado y realista, frecuentemente sin el consentimiento de las personas afectadas. Celebridades como Taylor Swift también han sido víctimas de esta situación, lo que plantea serias preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad en línea.