Las exportaciones de oro de Perú hacia China crecieron de forma explosiva en la primera mitad de 2025. En apenas seis meses, los envíos ya superaron todo lo alcanzado durante 2024, según datos oficiales publicados en agosto.
El repunte ocurre en un escenario marcado por tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Ese contexto global ha impulsado la búsqueda de activos de refugio como el oro. El metal alcanzó niveles récord en 2024 y mantiene un ritmo de alza en 2025.
De acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas, las ventas peruanas de oro al mercado chino sumaron 947 millones de dólares entre enero y junio. La cifra es casi cuatro veces mayor que la registrada en el mismo período de 2024. Para tener una referencia, en todo el año pasado Perú exportó 885 millones de dólares a China. Ese número ya fue superado en solo medio año.
En el balance general, las exportaciones peruanas de oro al mundo crecieron 46% interanual en el primer semestre. El total alcanzó 8.570 millones de dólares. La tendencia confirma el papel estratégico del oro dentro de la balanza comercial peruana, en un momento en que otros sectores muestran señales de estancamiento.
China gana peso en el mercado del oro peruano
Aunque todavía ocupa el cuarto lugar entre los principales destinos —detrás de Canadá, India y Suiza—, China gana terreno de manera acelerada. El salto en las cifras de este año refuerza esa tendencia y abre nuevas discusiones sobre el futuro de la relación comercial entre Lima y Pekín.
El crecimiento de la producción nacional ha estado acompañado de fuertes preocupaciones. Parte del oro exportado proviene de minas ilegales que no cumplen regulaciones ambientales. Según denuncias, esas actividades alimentan economías informales y generan violencia en zonas mineras. El reto del gobierno será mantener la competitividad sin descuidar la fiscalización ni los impactos sociales.
Con el auge de las exportaciones hacia China, Perú refuerza su papel como gran proveedor de oro en América Latina. Al mismo tiempo enfrenta la presión de controlar la minería informal, que amenaza con reducir los beneficios económicos del sector.