Una operación diplomática coordinada entre El Salvador, Venezuela y Estados Unidos resultó este viernes en la liberación de 252 ciudadanos venezolanos que se encontraban detenidos en el penal de máxima seguridad CECOT, a cambio de la repatriación de diez estadounidenses que permanecían presos en Caracas.
El presidente salvadoreño Nayib Bukele confirmó que los liberados en Venezuela ya se encuentran en tránsito hacia territorio salvadoreño, desde donde continuarán su regreso a casa. Por su parte, el gobierno de Nicolás Maduro celebró la excarcelación de los venezolanos, quienes habían sido deportados desde Estados Unidos en marzo bajo una orden ejecutiva del expresidente Donald Trump.
La medida fue aplicada mediante la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una normativa poco usada que permite la deportación inmediata de extranjeros considerados una amenaza, sin que medie un proceso judicial.
La decisión generó controversia y fue duramente criticada por organizaciones de derechos humanos, que denunciaron violaciones al debido proceso.
En El Salvador, los migrantes fueron enviados directamente a la prisión de máxima seguridad conocida como CECOT. Familiares y abogados afirmaron que muchos de los detenidos no tenían vínculos con bandas criminales y no pudieron defenderse legalmente ante las acusaciones.
“Es increíble. No puedo creer que esto esté pasando”, declaró Angie Ríos, esposa estadounidense de uno de los venezolanos liberados, visiblemente emocionada por la noticia.
Además del canje, funcionarios estadounidenses informaron que Venezuela se comprometió a implementar medidas alternativas de detención para al menos 80 prisioneros políticos, aunque el gobierno venezolano evitó confirmar esa cifra y utilizó términos más vagos en su comunicado oficial.
Paralelamente, las autoridades venezolanas anunciaron el retorno de siete menores de edad que habían sido separados de sus familias en Estados Unidos. Los niños formaban parte de un vuelo regular de deportación que repatrió a más de 200 ciudadanos.
El caso también resalta los cuestionamientos sobre las condiciones carcelarias tanto en El Salvador como en Venezuela. Mientras Bukele mantiene una política de “mano dura” que ha sido aplaudida y criticada en igual medida, el gobierno de Maduro continúa siendo señalado por detenciones arbitrarias y represión contra la disidencia.
En Estados Unidos, el uso de la Ley de Enemigos Extranjeros provocó una intensa disputa legal. En mayo, la Corte Suprema dictaminó que toda persona sometida a esta norma tiene derecho a ser notificada adecuadamente y a presentar recursos judiciales para impugnar su deportación.