En medio de una política migratoria más agresiva, el gobierno de Estados Unidos envió este lunes a 68 migrantes de regreso a Honduras y Colombia, como parte de su primer programa de deportación voluntaria financiado por el Estado. El vuelo salió desde Houston y aterrizó en la ciudad hondureña de San Pedro Sula.
Del total, 38 eran hondureños —incluidos 19 menores de edad— que bajaron del avión con tarjetas de débito de 1.000 dólares entregadas por las autoridades estadounidenses. Según el plan, quienes se acojan voluntariamente a este programa podrían, en el futuro, solicitar una entrada legal a territorio estadounidense.
Trump impulsa política de “auto-repatriación” con incentivos económicos
El presidente Donald Trump ha prometido endurecer las deportaciones y este nuevo mecanismo busca ofrecer a los migrantes indocumentados una salida “ordenada y voluntaria”. No obstante, especialistas advierten que el atractivo del programa será limitado y solo captará a una fracción de quienes ya están considerando regresar por cuenta propia.
El programa ha sido acompañado por operativos de detención de migrantes y la deportación de centenares de venezolanos a una prisión de alta seguridad en El Salvador.
Uno de los repatriados, Kevin Antonio Posadas, originario de Tegucigalpa, dijo que ya pensaba en regresar a Honduras cuando surgió la oferta del gobierno. “Solo se aplica por la app CBP Home y en tres días está listo”, relató. Vivió en Houston durante tres años y, aunque le gustaba la vida allá, confesó que deseaba reencontrarse con su familia. “Es bueno porque te ahorras el costo del vuelo si ya tenías pensado irte”, añadió.
Apoyo financiero en Honduras y cifras que no muestran un repunte
En el mismo vuelo regresaron 26 colombianos, según el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. En Honduras, el viceministro de Relaciones Exteriores, Antonio García, recibió a los repatriados en el aeropuerto. Confirmó que el gobierno hondureño también dará apoyo económico: 100 dólares en efectivo y un crédito de 200 dólares en una tienda estatal de productos básicos.
Entre los pasajeros voluntarios había cuatro niños nacidos en EE.UU., añadió García. Señaló también que muchos de los retornados aseguraron que vivir sin documentos se volvió cada vez más difícil, con más hostilidad y temor incluso para salir a trabajar.
Sin embargo, las cifras generales no muestran un aumento en las deportaciones. Según el director de Migración de Honduras, Wilson Paz, en lo que va del año han sido deportados unos 13.500 hondureños, por debajo de los más de 15.000 registrados en el mismo período de 2024.
Paz cree que el programa atraerá a un número reducido de personas. “No creo que sean miles quienes se acojan. Nuestra tarea es recibirlos de forma ordenada y brindarles apoyo”, concluyó.