El Departamento de Estado de Estados Unidos difundió imágenes de buques de guerra que navegan hacia el Caribe. Estarán cerca de aguas venezolanas en una operación que, según Washington, busca enfrentar el narcotráfico en la región.
El grupo está liderado por el USS Iwo Jima, un navío de asalto anfibio. Lo acompañan el USS San Antonio y el USS Fort Lauderdale. En conjunto transportan a unos 4.500 militares y 2.200 infantes de marina. Las naves partieron del puerto de Norfolk, en Virginia, tras un retraso por un huracán.
Respuesta de Caracas y tensión regional
El gobierno de Nicolás Maduro reaccionó anunciando patrullajes con drones y barcos de la Armada. También convocó nuevas jornadas de reclutamiento de milicias para el 29 y 30 de agosto. “He ordenado que esta convocatoria heroica continúe para defender nuestro derecho a la paz y la soberanía”, escribió Maduro en redes sociales.
El primer ministro de Curazao informó que tres destructores estadounidenses llegarán a la costa venezolana el jueves 28. Se trata del USS Sampson, el USS Gravely y el USS Jason Dunham. El Pentágono aún no precisó los ejercicios militares previstos. Sin embargo, señaló que el despliegue busca enviar un mensaje claro a Caracas.
La tensión aumenta mientras EE.UU. mantiene una recompensa de 50 millones de dólares por la captura de Maduro. Washington lo acusa de liderar el Cartel de los Soles, señalado como organización narcoterrorista internacional. Antes incluso del gobierno de Trump, la administración de Joe Biden ya había ofrecido una recompensa inicial de 25 millones.
El ministro de Defensa venezolano, Vladimir Padrino López, rechazó todas las acusaciones. Aseguró que son “tontas” y comparó las maniobras con un “faroeste de Hollywood”. Según él, Estados Unidos actúa con cinismo y viola de manera sistemática sus propias leyes.