Los gobiernos de Colombia y Estados Unidos oficializaron este miércoles, 9, el cierre de la reciente crisis diplomática que afectó a ambos países. Tras una semana de tensiones, los embajadores Daniel García-Peña y John McNamara confirmaron que la situación fue superada gracias al uso de “canales diplomáticos”, preservando así una de las alianzas históricas más relevantes del continente.
El conflicto se agravó la semana pasada, cuando el presidente Gustavo Petro acusó a sectores del Partido Republicano de estar detrás de un supuesto intento de golpe de Estado en Colombia, señalando incluso al senador estadounidense Marco Rubio. Las declaraciones fueron desmentidas días después, pero bastaron para que ambos países convocaran a sus representantes diplomáticos para consultas.
McNamara fue llamado a Washington y García-Peña regresó a Bogotá. No obstante, ambos ya se encuentran nuevamente en sus respectivas sedes. En entrevista con Blu Radio, el embajador colombiano señaló que la resolución del impasse fue pensada “por el bien del país”, y no solo como una reacción a la coyuntura actual.
También reiteró que Estados Unidos “no tiene vínculo alguno con planes golpistas”.
En una declaración aparte, el encargado de negocios estadounidense expresó que, aunque persisten “preocupaciones sobre la retórica y las acciones del gobierno colombiano”, la relación entre ambas naciones sigue siendo estratégica.
“Pese a nuestras diferencias políticas, Colombia continúa siendo un aliado esencial para EE. UU. en América Latina”, sostuvo McNamara.
Unos días antes del estallido, el 23 de junio, Petro ya había enviado una carta al expresidente Donald Trump, asegurando que no pretendía vincular sin fundamentos al gobierno estadounidense con ninguna conspiración.
A pesar del aparente restablecimiento del diálogo, el vínculo entre Bogotá y Washington sigue marcado por roces. Las divergencias abarcan temas como la política migratoria, la imposición de aranceles y la reciente decisión colombiana de suspender órdenes de extradición de narcotraficantes requeridos por la justicia norteamericana.
Actualmente, Estados Unidos es el principal socio comercial y militar de Colombia, con un rol central en la lucha antidrogas. Washington deberá definir en los próximos meses si mantiene la certificación de Colombia como aliada en esta estrategia, justo cuando el país sudamericano enfrenta cifras récord de cultivos ilícitos.