En Santiago, un procedimiento quirúrgico abrió camino para el futuro de la medicina. El cirujano Ricardo Funke, jefe de cirugía de la Clínica Las Condes, extrajo una vesícula biliar con un sistema robótico equipado con cámara autónoma guiada por inteligencia artificial. Por primera vez, no necesitó un asistente humano para controlar la visión del procedimiento.
Un avance hacia la cirugía automatizada
La intervención combinó instrumentos quirúrgicos magnéticos con un software que dirige la cámara de manera autónoma. El sistema rastrea los movimientos del cirujano y ajusta el ángulo en tiempo real. “La cámara seguía cada movimiento de mis manos y el proceso fue excelente”, explicó Funke a Reuters. “Gracias a esta tecnología, realicé la cirugía solo, acompañado únicamente del robot”.
Este hito coloca a Chile en la vanguardia de una tendencia mundial. Empresas y universidades ya desarrollan herramientas asistidas por IA para facilitar o ejecutar cirugías complejas. Según la firma Precedence Research, el mercado de robots quirúrgicos alcanzó 15,6 mil millones de dólares en 2024 y podría superar los 64 mil millones en 2034.
En julio, investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, reportaron un robot guiado por IA que operó hígados y vesículas de cerdo. Ese experimento fue considerado un paso decisivo hacia la automatización médica.
Alberto Rodríguez, director ejecutivo de Levita Magnetics, responsable de la tecnología usada en Santiago, Chile, subrayó la importancia del logro. “Este es el primer paso hacia la automatización quirúrgica con un paciente real. Hemos demostrado que la IA puede apoyar al cirujano”, afirmó.
La experiencia de Funke refuerza la expectativa de un futuro con operaciones más precisas, menos invasivas y posibles con asistencia directa de sistemas inteligentes.