Un grupo de líderes indígenas del Amazonas ecuatoriano navegó en kayak frente a una refinería de Chevron en California para denunciar los impactos de la extracción petrolera en sus territorios. La visita simbólica impulsó una resolución histórica en el Senado de California, que insta al estado a revisar su papel como mayor consumidor global de crudo amazónico.
Conexión entre dos crisis ambientales
Mientras el gobierno de Ecuador planea subastar 14 nuevos bloques petroleros en la región del “Sur Oriente” en 2026 —más de 2 millones de hectáreas, en su mayoría tierras indígenas—, los pueblos originarios denuncian una amenaza directa a sus derechos. Entre ellos está Juan Bay, presidente del pueblo Waorani, quien pidió a California que reconsidere si debe seguir importando crudo de territorios donde, según él, se están violando derechos fundamentales.
Bay señaló además un fallo de marzo de 2025 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ordenó a Ecuador detener las extracciones en zonas protegidas como el Parque Nacional Yasuní, tras una consulta nacional en la que los ecuatorianos votaron por mantener el crudo bajo tierra.
Nadino Calapucha, vocero del pueblo Kichwa Pakkiru, destacó la conexión emocional de la delegación con la Bahía de San Francisco: “Ver a los animales acercarse fue como un gesto de solidaridad de la naturaleza”. Para él, la lucha por el clima une a las comunidades amazónicas y californianas.
Exigencia de coherencia climática
California refina y consume una gran parte del crudo amazónico exportado, principalmente desde Ecuador. Kevin Koenig, director de clima y energía de Amazon Watch, recalcó que si el estado quiere liderar en acción climática, necesita dejar de ser dependiente del “petróleo del Amazonas”. Según él, esta dependencia afecta a las comunidades indígenas, la biodiversidad y al propio clima californiano, incrementando riesgos como sequías e incendios forestales.
El senador estatal Josh Becker, quien presentó la resolución, elogió el coraje de los pueblos amazónicos: “Son defensores de un bosque vivo que regula el clima global y sostiene la vida”. La refinería de Chevron en Richmond, frecuentemente criticada por grupos ambientalistas, ha procesado millones de barriles de crudo amazónico.
También sirvió para presentar un informe de Amazon Watch que expone los riesgos climáticos, legales y financieros de operar en territorios sin consentimiento de los pueblos originarios.
La resolución de California podría ser votada en las próximas semanas. De ser aprobada, marcaría la primera vez que el estado evalúa oficialmente cómo su consumo energético está vinculado a la deforestación y la pérdida cultural en la Amazonía.