Durante más de quince años, la escasez de lluvias ha afectado seriamente los cultivos chilenos. Las altas temperaturas y la crisis climática han agravado la situación, obligando a los agricultores a buscar alternativas sostenibles. Fue nesse cenário que surgió Agropelo, un proyecto liderado por la fundación Matter of Trust Chile, que transforma residuos capilares en herramientas para enfrentar el estrés hídrico.
Desde 2020, la fundación recolecta cabello en más de 350 salones de belleza a lo largo del país. Luego de ser higienizado, el material es procesado mediante técnicas de tejido mecánico hasta convertirse en discos o tapetes de cobertura morta totalmente compostables.
Según Mattia Carenini, CEO de Matter of Trust Chile, los estudios realizados demuestran que estos tapetes reducen la evaporación directa del suelo en un 71% y permiten ahorrar hasta un 48% del agua destinada a riego. Además, el cabello aporta nutrientes como nitrógeno, calcio y azufre, enriqueciendo el suelo y aumentando en hasta un 30% la productividad agrícola.
Uno de los casos emblemáticos es el de María Salazar, agricultora en Taltal, al norte de Chile. Ella aplica los tapetes capilares en sus cultivos de limón. “Estos tapetes son una gran ayuda frente al estrés hídrico. Al dar sombra, conservan mejor la humedad y protegen la poca agua que tenemos de la evaporación”, relató.
Más allá de su utilidad ambiental, el proyecto también plantea una reflexión sobre el aprovechamiento de residuos humanos como insumos productivos. En lugar de acabar en la basura, el cabello ahora se convierte en un aliado crucial para mantener viva la agricultura en zonas áridas como Antofagasta.