Un fallo en una línea de transmisión eléctrica dejó sin energía a más de ocho millones de hogares en Chile el martes por la tarde, afectando gran parte del país y generando caos en el transporte y en la vida cotidiana de miles de ciudadanos.
En la capital, Santiago, el sistema de metro quedó completamente paralizado apenas ocurrió el corte de energía. Miles de pasajeros fueron evacuados, con estaciones sumidas en la oscuridad.
“Estábamos como sardinas en la oscuridad”, relató un pasajero que quedó atrapado en un tren detenido en plena vía subterránea.
Bomberos tuvieron que rescatar a varias personas atrapadas en ascensores dentro de las estaciones. Una mujer de 70 años quedó atrapada entre dos pisos en un edificio de Santiago y contó que golpeó la puerta del ascensor y gritó hasta que el conserje la escuchó.
“Soy valiente, me dije a mí misma ‘no voy a morir aquí’”, declaró a medios locales.
Colapso del transporte y largas caminatas
El apagón provocó un colapso en el sistema de transporte público. Aunque se desplegaron 150 autobuses adicionales para reemplazar al metro, no fueron suficientes para trasladar a los pasajeros habituales, que en un día normal suman 2,3 millones.
En las paradas de autobuses, largas filas se formaron rápidamente y la frustración creció cuando los vehículos, ya abarrotados, pasaban sin detenerse. La situación se agravó cuando miles de trabajadores fueron enviados a casa temprano debido a la falta de electricidad en oficinas y comercios.
“El corte ocurrió a las 15:00, así que nos quedamos sin energía completamente”, dijo un comerciante en Santiago. “La gente empezó a cerrar sus negocios entre las 16:00 y 17:00”.
El tráfico en la capital también se vio afectado, ya que varios semáforos dejaron de funcionar. En algunos cruces, se registraron accidentes, incluyendo la colisión de un camión con un automóvil.
Con las calles colapsadas y las temperaturas alcanzando los 30 grados Celsius, miles de personas optaron por caminar hasta sus destinos. Sharon Ortiz, una camarera de 28 años, contó a la agencia AFP que el sistema de transporte “colapsó por completo”.
“Llegué dos horas tarde al trabajo, me quedé atrapada en el Costanera [centro comercial] y desde ahí tuve que caminar”, explicó.
Algunos optaron por viajar en la parte trasera de camiones que ofrecieron transporte improvisado.
Impacto en negocios y lugares públicos
El apagón afectó a restaurantes y cafeterías, muchos de los cuales cerraron al no poder operar sin electricidad para refrigeración y pago con tarjetas. Algunos permanecieron abiertos, ofreciendo refugio a los transeúntes que buscaban descansar en su camino a casa.
En el parque de diversiones Fantasilandia, al menos una docena de personas quedaron atrapadas en lo alto de una montaña rusa. Aunque el parque contaba con generadores de respaldo, las atracciones no pudieron reiniciarse de inmediato por razones de seguridad.
Los hospitales recurrieron a generadores de emergencia para mantener los servicios médicos en funcionamiento.
Medidas de emergencia y toque de queda
Al anochecer, el gobierno decretó estado de emergencia y estableció un toque de queda desde las 22:00 hasta las 06:00. Soldados y policías fueron desplegados para garantizar el orden en las calles.
A pesar del caos, algunos chilenos encontraron un lado positivo en la situación. Muchos compartieron fotos en redes sociales mostrando un cielo nocturno despejado, destacando que la falta de contaminación lumínica permitía ver la Vía Láctea con mayor claridad.