A pocos días de la toma de posesión de Donald Trump, el temor a su política migratoria ya está empujando a algunos inmigrantes a abandonar Estados Unidos por cuenta propia. Michel Bérrios, una exlíder del levantamiento estudiantil en Nicaragua, dejó el país antes de que terminara el año, convirtiéndose en un ejemplo de lo que algunos expertos llaman “autodeportación”, una tendencia que podría aumentar en los próximos meses.
Miedo e incertidumbre
Bérrios, quien residía en EE.UU. de forma legal bajo un programa humanitario aprobado por el gobierno de Joe Biden, decidió marcharse antes de la llegada de Trump al poder. Aunque aún tenía casi un año de permiso de estancia, las amenazas de deportaciones masivas despertaron en ella recuerdos de persecución en su país de origen.
“Pensé que aquí habría una cultura diferente, pero fue un golpe duro darme cuenta de que tú y tu familia no son bienvenidos”, declaró antes de su partida.
Defensores de derechos de los inmigrantes advierten que el discurso de Trump y sus aliados está generando un ambiente hostil que empuja a muchas personas a marcharse incluso antes de la implementación de nuevas políticas.
“Autodeportaciones”: una estrategia impulsada por el gobierno
Aunque no hay cifras oficiales sobre cuántos inmigrantes están abandonando EE.UU. voluntariamente, la historia ha demostrado que el miedo y la incertidumbre pueden llevar a migrantes con o sin estatus legal a salir del país.
La idea de hacer la vida tan difícil para los inmigrantes que opten por marcharse ha sido promovida por sectores que apoyan políticas migratorias restrictivas. Trump y su equipo confían en esta estrategia para reducir la población migrante sin necesidad de operativos masivos de deportación.
Con la toma de posesión de Trump a la vuelta de la esquina, la incertidumbre crece entre comunidades migrantes en todo el país, y muchos temen que esta sea solo la primera señal de una nueva era de presión y restricciones migratorias en Estados Unidos.