El expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, de orientación conservadora, busca regresar al poder con un ambicioso plan económico. Su objetivo es vencer al senador centrista Rodrigo Paz en la segunda vuelta del 19 de octubre. En la primera ronda, celebrada el 17 de agosto, obtuvo el 27% de los votos. Paz fue el más votado, pero sin alcanzar la mayoría necesaria.
Promesas de austeridad y reformas profundas
A los 65 años, Quiroga, quien gobernó entre 2001 y 2002, se presenta como la opción para estabilizar una economía debilitada. Bolivia enfrenta su inflación más alta desde los años ochenta y una caída acelerada de las reservas internacionales. “El país está quebrado. Necesitamos un cambio radical y pienso hacerlo”, declaró a Reuters.
Su propuesta incluye reducir el gasto público y limitar los subsidios a los combustibles. Estos se mantendrían solo para el transporte y los sectores más vulnerables. También busca cerrar o privatizar empresas estatales con pérdidas y eliminar ministerios para recortar la burocracia.
Sin embargo, estas medidas podrían generar rechazo entre la mayoría indígena. Muchos recuerdan las privatizaciones de los años noventa, cuando los precios de los servicios básicos se dispararon. Analistas prevén protestas si Quiroga gana las elecciones.
Relación con Estados Unidos y control de recursos
El candidato aseguró que los niños y los ancianos estarán protegidos de los recortes sociales. En política exterior, planea restablecer las relaciones con Estados Unidos y buscar financiamiento del Fondo Monetario Internacional. También promete abrir nuevas alianzas comerciales.
Quiroga propone, además, otorgar a los ciudadanos derechos de propiedad sobre recursos naturales como el litio y el gas. Esto se haría mediante un fondo mutual. Sus críticos creen que la medida reduciría el control del Estado sobre sectores estratégicos.
Durante la campaña, el exmandatario ha intentado mostrarse cercano al electorado. Suele bromear con su pasado en Texas A&M University y en la empresa IBM. “No hablo inglés, hablo texano”, dijo, resaltando su perfil liberal y su afinidad con Washington.
Un Congreso dividido y una elección reñida
El principal desafío de Quiroga será gobernar con un Congreso fragmentado. Su coalición, Alianza Libre, obtuvo 43 de los 130 escaños en la Cámara Baja y 12 de los 36 en el Senado. El bloque de Paz tiene una representación ligeramente superior.
Una encuesta de Ipsos Ceismori señala que el 59% de los bolivianos considera a Quiroga el candidato más capaz para reactivar la economía. No obstante, el panorama sigue abierto. Un sondeo de Red Uno le da un 42,9% de intención de voto frente al 38,7% de Paz. Otra encuesta muestra un crecimiento del centrista entre los indecisos.
El desenlace de esta elección definirá el rumbo económico de Bolivia, que sigue marcada por la inestabilidad política y la desconfianza en las instituciones.