El ataque de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos contra una embarcación venezolana levantó nuevas dudas en Washington. Fuentes citadas por la agencia Associated Press revelaron que el bote, señalado por la administración Trump como cargado con drogas, ya había girado y estaba de regreso a la costa cuando fue alcanzado por disparos.
Crecen las críticas en el Congreso de EE.UU.
En una sesión privada en el Capitolio, funcionarios de seguridad admitieron que la embarcación con 11 tripulantes fue atacada después de cambiar de rumbo. Según la versión oficial, los ocupantes eran integrantes de la banda Tren de Aragua, catalogada como organización terrorista por Washington. Sin embargo, legisladores demócratas y algunos republicanos cuestionaron la legalidad de la operación.
“El ejército no es una agencia policial. No puede ejecutar a sospechosos sin juicio”, dijo el senador Jack Reed, líder demócrata en el Comité de Servicios Armados. En una carta a la Casa Blanca, más de veinte senadores exigieron explicaciones y aseguraron que no existe “justificación legal legítima” para el ataque.
La Casa Blanca defendió la acción bajo el argumento de defensa propia. El secretario de Estado Marco Rubio afirmó que los carteles representan “una amenaza inmediata” para Estados Unidos. El Pentágono advirtió que las organizaciones de narcotráfico “no tendrán refugio seguro” y que el ejército tiene capacidad para nuevos ataques en la región.
En Venezuela, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, acusó a Washington de asesinato y calificó la versión oficial como “una tremenda mentira”. “¿Cómo identificaron a los supuestos miembros del Tren de Aragua? ¿Con un chip, un código QR?”, ironizó. Según Cabello, el video difundido por la Casa Blanca muestra un “peñero”, una lancha de pesca que difícilmente podría transportar 11 personas y drogas al mismo tiempo.
La polémica surge mientras las tensiones entre Caracas y Washington se intensifican por la creciente presencia militar estadounidense en el Caribe.