La estatal chilena Codelco, mayor productora de cobre del mundo, redujo este viernes su estimación de producción para 2025. El ajuste ocurre tras el colapso de túneles en su emblemática mina El Teniente, accidente que paralizó las operaciones durante varios días y dejó seis trabajadores fallecidos.
La compañía ahora prevé entre 1,34 y 1,37 millones de toneladas métricas, frente al rango de 1,37 a 1,40 millones proyectado en marzo. Esto significa un recorte de 30 mil toneladas en cada extremo de la proyección.
Un accidente que golpea la expansión
El derrumbe se registró el 31 de julio en la unidad Andesita de El Teniente. La fuerza del colapso se comparó con un sismo de magnitud 4,2. Además de la tragedia humana, la detención representó una pérdida de 33 mil toneladas de cobre, equivalente a 340 millones de dólares.
Como consecuencia, Codelco informó que los sectores incluidos en su plan de expansión deben revisarse. Algunas áreas, como Andes Norte —que comenzó operaciones en mayo— y Diamante —que aún no producía—, podrían sufrir retrasos.
El presidente ejecutivo, Rubén Alvarado, declaró que la prioridad es la seguridad. “Estamos enfocados en un retorno seguro y gradual en El Teniente”, afirmó. Hasta ahora, seis de las doce divisiones de la mina retomaron actividad.
Impacto financiero y desafíos futuros
El accidente también obligó a la minera a posponer la entrega de resultados del primer semestre, prevista inicialmente para el 1 de agosto. Entre enero y junio, Codelco registró utilidades antes de impuestos de 429 millones de dólares, un 34% menos que en igual período de 2024.
Pese a ello, la producción propia de la compañía creció 9% en el semestre, alcanzando 634 mil toneladas. El aumento se explicó por mayores volúmenes en Ministro Hales, Salvador y la propia El Teniente antes del derrumbe. Al sumar sus participaciones en otras minas, la producción total llegó a 689 mil toneladas, un alza de 9,6% interanual.
En paralelo, Codelco ejecutó 2.512 millones de dólares de un presupuesto anual de 5.638 millones. Los costos directos de producción aumentaron 6% y se ubicaron en 2,157 dólares por libra. La empresa proyecta cerrar el año en un rango de entre 2,09 y 2,14 dólares por libra.
El derrumbe añade presión a una compañía que ya enfrentaba retrasos en proyectos clave y la necesidad de reemplazar yacimientos envejecidos. Todo esto ocurre en un contexto en que el cobre es considerado un recurso estratégico para la transición energética global.