El gobierno de Argentina anunció planes para construir una valla de 200 metros en la frontera con Bolivia, en Aguas Blancas, en la provincia de Salta. La medida forma parte del Plan Güemes, lanzado por el Ministerio de Seguridad, y tiene como objetivo intensificar la fiscalización y combatir los delitos transfronterizos. Además, la ministra Patricia Bullrich indicó que el control también será reforzado en puntos de la frontera con Brasil.
Control migratorio de Argentina
La construcción de la valla fue oficializada a través de una convocatoria de licitación publicada en el Boletín Oficial de la provincia de Salta. El gobierno argentino argumenta que la estructura ayudará a frenar el paso ilegal de personas y las actividades delictivas en la región.
A pesar de ser pequeña en comparación con los más de 700 km de frontera entre Argentina y Bolivia, la valla servirá como una barrera física en un tramo muy transitado cerca del río Bermejo. Según las autoridades locales, la obra será financiada por el gobierno federal y se construirá entre la terminal de autobuses municipal y las oficinas de la Dirección Nacional de Migraciones.
La ministra Patricia Bullrich destacó que, además de Bolivia, el gobierno también pretende reforzar el control en otros puntos de la frontera, como la región de Misiones, que limita con Brasil. Citó la ciudad de Bernardo de Irigoyen como un punto crítico de cruce, donde se adoptarán medidas más estrictas para frenar la circulación ilegal de personas.
Reacción de Bolivia e impacto regional
El gobierno de Bolivia expresó su preocupación por la medida y declaró que cualquier acción unilateral podría perjudicar la relación entre ambos países. El Ministerio de Relaciones Exteriores boliviano solicitó aclaraciones formales a Argentina, subrayando que los asuntos fronterizos deben tratarse a través de canales diplomáticos.
La decisión argentina de endurecer el control migratorio se produce en un contexto global de fortalecimiento de las barreras migratorias. En Estados Unidos, Donald Trump ha reforzado las políticas restrictivas, lo que ha impactado en América Latina. Argentina sigue esta tendencia al aumentar la fiscalización y adoptar medidas para frenar la entrada irregular de migrantes.
La ampliación del control también genera dudas sobre los impactos económicos y sociales para las poblaciones que viven en estas zonas fronterizas. Muchos residentes dependen del tránsito diario entre países para trabajar y comerciar. Aún no hay detalles sobre cómo se implementará la medida ni si habrá otras acciones de fiscalización en las fronteras con Brasil y Bolivia.