La situación política en Honduras ha experimentado tensiones recientemente, tras la aparición de un video que involucra a Carlos Zelaya, cuñado de la presidenta Xiomara Castro. Este video, publicado por Insight Crime y Univision, muestra a Zelaya, un ex legislador, en conversaciones con miembros del cartel de Los Cachiros en 2013. Se alega que esta reunión tenía como propósito discutir donaciones para la campaña de Castro, quien en ese momento se estaba preparando para una candidatura presidencial fallida.
Castro, quien asumió el cargo hace tres años con la promesa de combatir el narcotráfico y la corrupción, se enfrenta a llamadas a la renuncia. Gabriela Castellanos, presidenta del Consejo Nacional Anticorrupción, ha argumentado que las acusaciones de narcotráfico que afectan al círculo familiar de Castro son lo suficientemente graves como para que ella deba dimitir. Sin embargo, esta carta no presentó evidencia concreta de corrupción activa en el gobierno.
Aproximadamente una semana antes de que surgiera el video, Castro había tomado la decisión de poner fin a un tratado de extradición con los Estados Unidos. Esta acción fue recibida con críticas, especialmente por parte del embajador estadounidense, quien cuestionó una reunión entre funcionarios de defensa hondureños y el ministro de defensa de Venezuela, que enfrenta cargos de narcotráfico en Estados Unidos. Castro justificó su decisión alegando que había un complot en su contra y que no permitiría que el tratado se utilizara para intimidar a su administración.
Desde su llegada al poder, Castro ha señalado que su predecesor, Juan Orlando Hernández, lideró lo que ella calificó como una “narco-dictadura”. Hernández ha sido vinculado a actividades ilícitas y su hermano, también ex legislador, fue arrestado y condenado por narcotráfico en Estados Unidos. La influencia de Estados Unidos en la política hondureña se remonta a más de un siglo, durante el cual ha mantenido tropas en el país desde la Guerra Fría, apoyando a líderes como Hernández a pesar de acusaciones de fraude electoral en su reelección en 2017.
En medio de creciente descontento, la administración de Castro enfrenta retos en mantener la seguridad y la gobernanza. Las acusaciones contra su familia suman presión adicional. Los detractores apuntan a un deterioro potencial del estado de derecho en el país y plantean preguntas sobre la efectividad de las políticas anticorrupción que se prometieron al electorado.
Contexto Clave:
- Carlos Zelaya: Cuñado de Xiomara Castro, estuvo involucrado en negociaciones con narcotraficantes para donaciones de campaña.
- Gabriela Castellanos: Activista y crítica que exige la renuncia de Castro.
- Tratado de Extradición: Castro decidió anular un acuerdo con Estados Unidos en respuesta a críticas sobre vínculos con Venezuela.
- Pasado de Hernández: Hernández es recordado como un líder con profundas conexiones con el narcotráfico, lo que afecta la percepción pública de la actual administración.
La serie de eventos recientes plantean cuestiones sobre la sostenibilidad y la integridad de la gobernanza en Honduras, así como la percepción internacional de la lucha contra el narcotráfico en el país. A medida que la comunidad internacional observa, los próximos pasos de la presidenta Castro serán cruciales para determinar el futuro político de Honduras y su capacidad para abordar los desafíos de corrupción y seguridad.